Bienvenidos al blog, a mi mundo de alucinaciones ufanas, de pensamientos apócrifos, un mundo no muy diferente al real donde las letras son puertos de llegada para escondidas pasiones y deseos incumplidos.

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ESTRÉS

Autor Corazonandos - -



¿y qué carajos es el estrés?.

Etimológicamente hablando proviene del latín STRÍNGERE pariente directo del griego (straggw) que no es otra cosa que estrangular, sofocar, apretar. Y claro, ¿quién no ha escuchado ya sea en su corta o larga vida este término anglosajón muy de moda en nuestros tiempos?. Antiguamente nuestros parientes (abuelos, bisabuelos) solían decir que se sentían azarados ante una eventual crisis personal y si bien las palabras no distan mucho de su significado el contexto y resultado es el mismo.
Con esta breve introducción quiero llegar al quid del asunto ya que me tocó vivir en carne propia. Haciendo una retrospectiva recuerdo un montón de veces el haberme con ironía preguntado quizá como muchos de ustedes: ¿Cómo diablos se estresa la gente?, claro que entonces la terrible boa constrictora del estrés estaba a un millón de kilómetros de mi vida y es que esta maldita serpiente venenosa además, viaja a la velocidad de la luz y es tan terriblemente destructora como un terremoto de 8.9 grados Richter con tsunami incluido.

Que es lo que causa que la boa con sus potentes termo sensores adaptada para rastrearnos llegue rápidamente a nuestro ataque?, justamente eso; el calor corporal que provoca la sobrecarga de responsabilidades y el sedentarismo progresivo acompañado de un giro brusco en nuestro modus vivendi, dicho de otro modo y desde mi punto de vista no es más que el resultado de un estilo de vida modernista en el cual nos disfrazamos de súper héroes para aparentar el buen vivir y nos creemos súper papás, súper esposos, súper amigos, súper ingeniosos, súper trabajadores, súper estudiantes y terminamos siendo recontra súper pendejos por tratar de llevar una carga como la que papá Noel lleva en una sola noche y a veces metiendo sus blancas nalgas por donde no debería, con la enorme diferencia que papá Noel no existe y nosotros sí. En todo caso la falta de ejercicio es la mecha que detona la carga explosiva, los músculos se tensan y comienza el dolor generalmente de espalda o de cuello y con frecuencia de los hombros, ¡ahhh pero eso no es nada¡ porque la maldita culebra aún no llega y si logramos despojarnos de la mecha antes que estalle la bomba nos salvamos, caso contrario es mejor empezar a rezar (para los creyentes) o buscar ayuda especializada (ojo, no recomiendo tratamientos farmacéuticos ni drogas ya que no funcionan) la medicina oriental como la acupuntura va de maravillas pero eso es otro tema que quizá toque después… ¿en qué íbamos?….. ¡ah ya! (estos son los efectos secundarios del veneno del estrés) como decía: llega la serpiente y empieza a enroscarse sutilmente despojándonos de a poco el oxigeno que mantiene vivas a nuestras pocas neuronas que se encuentran trabajando, el pecho se oprime como si un paquidermo se sentara encima de golpe y sin aviso, entonces languideces, el estupor se apodera de todo el cuerpo y empiezan los verdaderos problemas: insomnio, histeria, depresión, estreñimiento (en mi caso), la autoestima se destruye y condimentas toda esta ensalada con una enorme desconfianza en ti mismo y en los demás, te sientes un verdadero fracasado y todo se ve color violeta (no digo negro porque en ecuador hay muchos y se pueden ofender).

Increíblemente esto puede afectar a una persona totalmente sana, alegre, jovial y sin indicios ni predisposiciones suicidas, es decir a un ser humano común y corriente llegando a ser tan fuerte la depresión que no puedes pensar y mucho menos actuar, ahora resulta que al encontrarme en aquel estado esperaba que alguien se diera cuenta por lo que pasaba, pero; ESE ES EL MAYOR ERROR, nadie y mucho menos los de tu casa te dirán: - oye fulano, te noto triste tus ojos me están pidiendo a gritos que te abrace, y tus manos tiemblan como cachorritos recién llegados, ¿acaso tienes frío?, !claro que no¡ es justamente allí donde están habituados a nuestros berrinches y mal carácter y para ser honestos casi siempre están huyendo de ese tipo de comportamiento -, la mente es tan frágil que un pequeño cambio psicológico y prosigue el fisiológico: sudoración excesiva, temblores y mareos, jaquecas, extenuación física y una larga lista, en mi caso ventajosamente lo único que no se vio afectado fue mi virilidad (tal vez por el hecho de que las serpientes no se atacan entre sí, salvo raros casos, pero en el mío las constrictoras se respetaron), y hablando de respeto es justamente lo que deberíamos hacer, afablemente deberíamos bajo toda la depresión que sostengamos y dejando el orgullo colgando en algún clavo de alguna pared, acercarnos en esos momentos críticos a aquellas personas que amamos y pedirles que por favor tengan paciencia, pues si no lo hacen pueden complicar las cosas, de ser posible que se informen sobre cómo actuar en estos casos para que nos brinden efectiva ayuda y sobre todo pedirles que nos escuchen, que nos brinden un hombro en donde descargar nuestras frustraciones y robarles abrazos un millón de abrazos callados pero cálidos, acaso cortos pero fuertes. El meollo del asunto y recuérdenlo bien no es esperar que ellos se acerquen sino uno acercarse y pedir todo eso por nosotros, al fin de cuentas esta es la parte más dura pero es la más efectiva contra la brutal culebra.

¿Recuerdan que mencioné el terremoto y el tsunami?. Aunque mis cimientos se sacudieron con gran fuerza… !aguantaron¡, pero aún tengo cosas destruidas dentro de mí que están siendo reorganizadas, llevará algún tiempo reconstruir mi santuario sagrado… mi cuerpo, no obstante se que lo lograré. El veneno de la inmunda aún me aletarga a ratos y mis músculos dorsales se recuperan lentamente pero sin pausa, solo espero no haya efectos colaterales de largo plazo que afecten a la buena serpiente la que me acompaña siempre la que por ninguna razón reptará en busca del mal sino del mejor de los placeres: ¡el servir con orgullo y dignidad!.

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